En esta historia se sucedió una vez, que existía un matrimonio, en el cual vivían muy felices. Pero la señora no le era del todo fiel al esposo. Es así, como cierta vez que allí estaba de viaje el señor, llegó el amante de la señora, y estaban juntos, cuando de pronto sintieron que llegaba el dueño de casa. Sintieron unos pasos del corcel al aproximarse. Y entonces el individuo se ocultó en el aposento. Cuando el señor de la casa entró, sintió pisar, pero él no dijo nada, sino que mirando en la pared y viendo una espada, que brillaba en ella, le dice a la señora:
–¿De quién es aquella espada,
que en mi pared relumbró?
–Suya, mi don Elberto,
mi padre se la mandó.
–Corra y dígale a su padre,
que para espadas muchas tengo yo.
Estando en eso, cuando oyó, que relinchaba el caballo de sus frenos, el caballo del individuo. Entonces dice el señor de la casa:
–¿Y de quién es aquel caballo,
que en mi pesebre relinchó?
–Suyo, mi don Elberto,
mi padre se lo mandó.
–Corra y dígale a su padre,
que para caballos muchos tengo yo.
¿Y quién es aquí el jovencito,
que en mi aposento se ocultó?
–Un hermanito mío,
que en este momento llegó.
–¿Y si es hermanito suyo,
porqué de mí se ocultó?
Entonces le dice:
–Máteme, don Elberto,
que esa culpa la tengo yo.-
La tomó de los cabellos,
siete salas barrió.
Y después la mató. Ahí termina la historia de esa mujer infiel.
Código: CLTC 94N
Año de recolección: 1961
Departamento: Norte de Santander
Municipio: Sardinata
Tipo de obra narrativa: Romance
Informante: Guthberth Ortiz
Edad informante: 21
Recolector: Gisela Beutler
Fuente: Libro
Título de la publicación: Estudios sobre el romancero español en Colombia en su tradición escrita y oral desde la época de la Conquista hasta la actualidad
Año de publicación: 1977