¡Juan Rodríguez, Juan Rodríguez!
tus días se han de contar,
mala pasión os aguarda
en la Audiencia Real.
Tus pecados son ningunos,
a ninguno hiciste mal,
que nunca fuera delito
dar al rey una ciudad.
Mérida la de las sierras
la hubieras de nombrar;
sobre el monte fue poblada,
nieve la coronará.
Sus campos darán el fruto,
sus tierras el sustentar,
sus ríos el oro fino
consigo arrastrarán.
Palacios tendrán sus calles,
ciento se han de levantar;
iglesias verán sus plazas,
capillas su cristiandad.
…(segundo fragmento)
Los gallos de Santa Fe
la hora del alba dan,
ya el bueno de Juan Rodríguez
se alongó de la ciudad.
Huyendo va por el campo
que ni para a descansar,
y por todo el su camino
no cesaba del hablar:
–Justicia ya no la espero
de la Audiencia Real;
justicia la espero en vos,
mi espada siempre leal–.
Huyendo va por el campo
¡que ni para a descansar!Allegóse a la encomienda
do lo esperaba Román.
–Román, ¡apréstame el potro,
mi potro el de guerrear!
–¡Aquí le tenéis, señor!
¡Aquí le tenéis, don Juan!
Aprestaos he también
los arreos de batallar.–Cabalgó el buen Juan Rodríguez
cual solía cabalgar;
ya va la rota de Mérida,
caballero en su alazán;
buscando va sus amigos,
buscando la su ciudad.
¡Y corre con tanta priesa
que deja el viento detrás!
Código: CLTC 324N
Año de recolección: 1922
Departamento: Santander
Municipio:
Tipo de obra narrativa: Romance
Informante: Una “buena vieja que tenía memoria privilegiada para este género de poesía”
Edad informante:
Recolector: Don Enrique Otero D’Costa
Fuente: Libro
Título de la publicación: Antología de la poesía en Colombia Tomo I Época colonial
Año de publicación: 1970