Sildana se está pasiando
por un corredor arriba,
con su guitarrita de oro,
bien templada y bien tenida.
Su padre la está mirando
desde un jardín que tenía.
–¡Qué lindo toca Sildana,
malhaya, si fuera mía!
–Tuya soy, mi lindo padre,
tuya soy y tuya sería;
y las penas del infierno,
tú ya las merecería(s).
–¡Maldita seas con Sildana,
y encerrada debía de ser
debajo de siete llaves,
donde no la vuelva a ver!
No me le dan de comer,
menos de que no está salada;
No me le dan de beber,
menos de que no esté ya amargo.–
-Mi madre, por ser mi madre,
dé por Dios un vaso de agua,
que me muero de sequía
y a Dios pienso darle el alma.
–Sildanita, Sildanita,
no te puedo dar el agua,
que por Dios y su hermosura
vivo yo desheredada.–
-Mi hermana, por ser mi hermana,
dé por Dios un vaso de agua,
que me muero de sequía
y a Dios quiero dar yo mi alma.
–Sildanita, Sildanita,
no te puedo dar el agua,
que por Dios y su hermosura
vivimos desheredadas.—
Mi hermano, por ser mi hermano,
dé por Dios una vaso de agua,
que me muero de sequía
y a Dios quiero entregarle el alma.-
El hermano se conduele
y le alarga ya el vaso de agua.
Cuando el vaso de agua llegó,
los últimos suspiros daba.
La cama de Sildanita
cubierta de ángeles está.
Y la cama de su padre
cubierta de diablos está.
Código: CLTC 83N
Año de recolección: 1960
Departamento: Santander
Municipio: Onzaga
Tipo de obra narrativa: Romance
Informante: Ermina Hernández Gómez
Edad informante: 15
Recolector: Gisela Beutler
Fuente: Libro
Título de la publicación: Estudios sobre el romancero español en Colombia en su tradición escrita y oral desde la época de la Conquista hasta la actualidad
Año de publicación: 1977