Una sola puerta da paso al olvido
y a la remembranza;
puerta de oficina que el teclear monótono
da paso al cauce seco de la calle vacía.
Un roído estante con sabor a escuela
(el abecedario los destinos marca)
es para el que pasa de ilusión promesa
porque cada sobre guarda una esperanza.

Un campesino en la puerta aguarda
a que se aquiete y no salte en el pecho
éso que él no sabe, si es músculo o alma.

Tímido y valiente de su boca escapa:
“¿Pa Oliverio Montes haberá una carta…?”.
Revuelan -pichones implumes- la señorita
Ve con la fuerza que las dos manos empujando abren.

Hace tiempos que viene al correo
con la misma anngustia pintada en la cara:
y al saber que por hombre no llora
y al ver esa angustia pintada en su cara,
a la señorita se le rompe el alma.

Conoce su historia,
la ha escuchado a trozos semana a semana;
cada vez que él viene, dejando
su historia deshecha y vacía.
Cuatro hijos que fueron dejando la casa,
la parcela alegre que les dio sus pechos
de nodriza negra, cariñosa y santa.
Mas fueron ingratos
y ninguno quiso volver a la casa;
ni mandar un mensaje a los viejos
para que supieran de su estrella clara.

A la vieja la invadió la pena
y hoy frente a la muerte inclemente llama.
La casa en que nacieron
se volvió una tumba mudosa y opaca.
Al viejo se le blanqueó la cabeza y la barba
De uvas maduras le cercó los ojos,
Pa que no siguieron pegados al surco,
Y que fueran señores mañana…
Y lo fueron: son hombres de fama.
Dos son médicos y abogado hay uno
el otro es ingeniero. ¡Son hombres de fama!
Pero pobrecitos son dignos de lástima….!
Se olvidaron del campo, su cuna,
con esfuerzo digno de una buena causa;
se olvidaron de los árboles que ellos sembraron
y que dieron frutos para nuevas plantas;
del agua que vieron subir en vapor
y caer en forma de lluvia o escarcha;
de los potreros en donde corrían
cerreros muletos en pelo o al anca,
los guardias fieles, sus perros de caza;
los gallos de riña orgullos del taita.

Se olvidaron del viejo labriego
de la pobre viejita desesperanzada.
Pobrecitos son dignos de lástima….!
“Señorita , vusté que es tan léida
hágame una carta
Yo solo me aguanto,
pero es que la probe desta ya no pasa,
y yo quiero mandarle un mensaje
mas que sea engañándola.
Ya otras veces lo he hecho
pa’ que el abandono no me la matara,
pero ésta es la última, orita si muere…
ya nadien la puede sacar de la cama.
Que le diga que ellos tan muy ocupaos
y que los perdone por tanta tardanza;
que ya pronto vienen, que se ponga buena
pa éllos llevarla.

En un océano de lágrimas los ojos naufragan,
y es escasa la cárcel del pecho
pa esto que crece y que se anuda en la garganta
y que no sabemos si es músculo o alma.

 

Código: CLTC 511N

Año de recolección: 2018

Departamento: Boyacá

Municipio: Villa de Leyva

Tipo de obra narrativa: Canción narrativa

Informante:  Doña Elvia Casallas

Edad informante:

Recolector: Adrián Freja

Fuente: Trabajo de campo sin publicar

Título de la publicación:

Año de publicación:

 

 

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