Esta era una niña cuyo padre la requería para matrimonio. Como ella había oído decir que a los padres se les obedecía en todo, menos en lo que fuera pecado, se dirigió adonde la madrina y le contó todo lo que le estaba pasando. La vieja, que era una maga hechicera, le dijo que no volviera a su casa. Para indicarle lo que tenía que hacer en lo sucesivo, le dio una vara misteriosa y tres vestidos: uno color de sol; otro color de luna, y el más importante, una bonita chambra (chaqueta de uso femenino) del color de las estrellas.
La adquirida (nombre que se le aplica a la bruja en Río Atrato) al facilitarle estas cosas, le hizo saber que para encontrar el camino que debía seguir, tenía que arrojar al suelo la vara, que era seca y delgada. Esta saldría caminando, y Piel de Asno detrás hasta donde la varilla se detuviera. Por las noches, ocurrido el trabajo diario que hallaría, se mudaría con uno de los vestidos hasta que llegara el día de su casamiento. Le echó la bendición, y la muchacha salió a la carretera.
Como se le había ordenado, Piel de Asno azotó la vara, que comenzó a moverse sola. Se salió de la vía y empezó a trepar una loma altísima. Camina que camina, anda que anda, la niña siguió tras de la rama cinco años completos. Al fin llegó a un pueblo. La guía se detuvo en una casa que resultó ser el palacio del rey de la ciudad. Para despistar a la gente, Piel de Asno, que iba con una túnica de piel de burro, dada también por su madrina, pidió posada.
Mucho tuvo que hacer para que la admitieran. Se comprometió a lavar el piso, tender las camas, ver las gallinas, darle de comer a los puercos, encender el fogón, lavar platos y ropa, limpiar el polvo, hacer mandados, cargar los niños, y muchas cosas más. Con todo esto, tuvo que contar su historia para poder ser recibida. Para dormir le dieron un cuarto cerca del gallinero.
Muy temprano se levantaba a sus oficios. Cuando los dueños iban a la cocina, ya estaba preparado el café y el agua de panela de los muchachos, limpias las ollas, la barbacoa arreglada, y ella peinada y compuesta para salir a hacer las compras. Como en ese tiempo no había zapatos para los pobres, sus pies estaban sin mugre, las uñas recortadas, bien compuesta su túnica, que permanecía como recién sacada del agua.
El rey tenía un hijo, que era cazador. Todas las tardes, al volver de sus tareas, se hallaba con la muchacha, sin importarle su presencia. Pero una noche, al ir a la paleadera (tendido de madera donde se colocan los tanques para recoger el agua de lluvia) a coger un poco de agua, logró ver a la joven con el vestido color de sol. El príncipe, olvidando sus fatigas, cayó de sus pies, y se enamoró de Piel de Asno con alma, vida y sombrero.
De esa fecha en adelante, comenzó a rogarle que se casara con él. Ante las negativas, el príncipe dejó de comer, de cazar, de ir a fiestas, hasta que cayó gravemente enfermo de melancolía. Para reponerse, dijo un día que necesitaba de un pastel preparado por la sirvienta Piel de Asno. Los padres quedaron asombrados del gusto de su hijo, pero se hizo el pastel. En la mitad de la torta, la joven colocó un anillo de oro que había traído como recuerdo de su madrina.
Esta prueba de amor, y las preguntas de los reyes, hicieron confesar al muchacho el amor que profesaba a la infeliz. Al oír esto, los padres del príncipe se enfurecieron con la niña. La castigaron y le hicieron saber que era una recogida. El joven logró convencer a los viejos, haciéndoles saber que si no se casaba con ella, se moriría. Ante esta decisión, se arregló el matrimonio, que se celebró con toda la pompa necesaria. Para ese día vistió Piel de Asno el vestido color de las estrellas, que maravilló a la comitiva.Así se efectuó el mejor casamiento que se haya hecho en mil siglos. Los casados fueron felices toda la vida, con una descendencia numerosa que pobló toda la tierra.
Código: CLTC 425N
Año de recolección: 1960
Departamento: Chocó
Municipio: Quibdó
Tipo de obra narrativa: Cuento
Informante:
Edad informante:
Recolector: Rogerio Velásquez M.
Fuente: Artículo de revista
Título de la publicación: Leyendas y cuentos de la raza negra
Año de publicación: 1960
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