Este era un hombre con una mujé, llegaron a tener tres hijos, el uno llamarse Pedro, el otro llamarse Juan y el otro llamarse Revuélcate en la Ceniza. Antonces dijo Pedro: mamá, écheme la bendición que voy a caminar. Hijo, qué bobada vas a traer. Yo me voy, le dijo, mamá, aquí dejo esta matica de albajaquita, si florece es voz de vida, si marchita es voz de muerte. Se jue, se ha ido, camino arandar, camino arandar, camino arandar, camino arandar, camino arandar, cuando llegó a una quebradita encontró un viejito que venía todo caltao (revolcado, sucio). ¿Niño, usted qué lleva por ahí? Señor, yo no llevo nada.

A ese hombre le volaba la mosca y todo el cuerpito tenía un poco de llagas. Ay, niño, ¿usted qué lleva aquí? Señor, yo no llevo nada. Mijo, siga. Se jue el muchacho, dele viento, dele pata, dele viento, dele pata y encontró dos caminos: me juera por aquí, pero me voy a ir por acá, poque ese camino estaba tan limpio que si caía una aguja se encontraba, hiiiiiiii. Cuando llegó él a esa piedra, hiiiiiii, un hombre con una marimba, pin, pin, pin, pin, pin. Se preguntó: ¿esa marimba? ¡Ay carajo! Llegaron los diablos, lo ataron, lo metieron debajo de esa tina, y le aplastaron la cabeza.

Dice Juan: ay mamá, se murió la mata de albaca, se murió mi hermano Pedro. Mamá, máteme un capón (gallo grande) y me corta un racimo de plátano, que se murió mi hermano Pedro. Aquí dejo esta matica de hierbabuena, si florece es voz de vida, si marchita es voz de muerte.

Se jue, y dele viento, dele pata, dele viento, dele pata, dele viento, dele pata, hasta que llegó a la misma quebrada y incontró al mismo viejito, estaba que le volaba la mosca. Mijo, ¿usted qué lleva por ahí? No señor, yo no llevo nada. Yo qué le voy a dar mi comida a ese que tiene tanta llaga. ¡Mijo, váyase! ¡Dios le pague! Y se ha ido, dele viento, dele pata, dele viento, dele pata, dele viento, dele pata, dele viento, dele pata, hasta que llegó a los dos caminos: yo me voy a ir por el camino que está bien limpio, y salieron los diablos y chaaaaun lo mataron.

Dijo Revuelca Ceniza: ay mamá, se murió mi hermano Juan. Y vos Revuelca Ceniza, ¿qué vas a hacer allá? Los demás ya se perdieron, ¿y vos creés que te voy a dejar ir? Máteme mi capón. Le mató su capón, le cortó su racimo de plátano, le hizo su comida, buscó una mano de jabón y se bañó bien bañado. Esa agua quedó blanca de la ceniza. Y se ha ido Revuelca Ceniza. Mamá, écheme la bendición, aquí le dejo esta matica de sulán, si florece es voz de vida, y si marchita voz de muerte.

Se ha ido, dele viento, dele pata, dele viento, dele pata, dele viento, dele pata, dele viento, dele pata, hasta que llegó a la misma quebrada, se incontró el viejo. Buenos días señor. Buenos días mijo, ¿cómo está? Regular, ¿y usted? ¿Usted qué lleva por aquí? Aquí llevo buena comida, comamos. Así que se sentaron en el borde de la quebradita, en una playita, y se puso a comer con el viejo; comía, comía, comía. Señor coma. Yo estoy comiendo. Comieron, vació la aguapanela, tomaron.

Dios le pague y me le dé el cielo, cuando llega a una piedra grande hay dos caminos, no se vaya por el camino rosado; váyase por un camino que tiene un montecillo, por ahí se va. En esa piedra grande, ahí están sus dos hermanos que los mató Luzbel. Se ha ido, dele viento, dele pata, dele viento, dele pata, dele viento, hasta que llegó a la misma piedra. Aquí es la piedra que el señor me dijo, aquí están Juan y Pedro. Yo me voy por este camino. Y se metió por ese camino, dele viento, dele pata, ¿pero qué camino?

Cuando salió había dos palacios. ¡Pero qué palacios tan bonitos! Llegó y incontró un hombre con un bastón, ese bastón todo lo que amarrillaba era puro oro. Le dice: buenos días señor. Buenos días mijo, ¿cómo está? Regular, ¿y usted? Bien, muchas gracias. ¿En qué misión viene? Buscando trabajo señor, pero yo desde que salí de mi casa salí con determino (determinación) de irme al infierno. Mijo, vea, usted estaba en el camino incontró un señor que estaba todo leprosito con llagas, y le dio de comer. ¿Y por qué no va a traer a su mamita de la otra ciurá, y se queda con este palacio, gozando con su mamá y su papito? Señor, ¿usted sabe quién le habla? Usted es nuestro Señor Jesucristo, pero desde que salí de mi casa, salí pa’ irme al infierno y tengo que irme al infierno. Y el señor le neciaba que se quedara y el niño que no señor. Ay niño espérese, ve, más allá está la Virgen.

Y se jue. Hasta luego Señor. Dios lo lleva con bien. Amén Señor. Cuando la Madre santísima salió cayéndose, levantándose pa’ ver si el muchacho: niño espéreme. ¡Madre santísima! Voy directo al infierno, y tengo que ir al infierno. Ay niño, yo lo llevo. Heeeey. Mandó al niñito porque ella se estaba vistiendo.

Niño, le mandó a decir la Madre santísima, que la espere que quiere conversar con usted. ¿Yo qué tengo que conversar con la Madre Santísima? Yo desde que salí de mi casa salí pa’ irme al infierno y tengo que ir; no quiero que se me atraviese en mi camino. Pero el muchacho esperó a la Madre santísima. ¿Ay niño, usted por qué no goza el palacio de la Virgen y de nuestro Señor Jesucristo? Dos cosas, que a usted no le va mal con su mamá, y gozan que nosotros ya nos vamos de aquí. Madre santísima, desde que salí es pa’ irme al infierno, tengo que irme al infierno porque con ese destino salí.

Se jue la Madre santísima. Él siguió, cayéndose alevantándose, cayéndose, hasta que llegó a un profundo. Vea mijo, aquí es el infierno, vea ve, cuando usted caiga al infierno hay una paila en el fogón, y ahí es donde, si usted no sabe meniar el trapiche, queda con las muelas achichadas (molidas) para hacer mote. Aquí le doy esta varita de acero por unos favores que hizo en el camino. Cuando usted le dé vuelta al trapiche y mete la varita y mata todos los diablos. Y cuando dijo: Dios y mi varita. Metió la varita de acero y todos los diablos se murieron, quedaron en esa paila chillao (muertos).

Después regresó a vivir en el palacio con la Virgen santísima, Jesucristo y su mamá, y a comer de todo. Les di carne chiricana (salada) que tanto les gustaba, y así que se acabó mi mentira, mi verdad, palabra de rey, que no puede faltar.

 

Código: CLTC 542N

Año de recolección: 2010

Departamento: Valle del Cauca

Municipio: Buenaventura

Tipo de obra narrativa: Cuento

Informante:  Rubén Torres

Edad informante: 80

Recolector: Baudilio Revelo Hurtado, Camilo Revelo González y Carolina Revelo González

Fuente: Libro

Título de la publicación: Cuentos para dormir a Isabela. Tradición oral afropacífica colombiana

Año de publicación: 2010

 

 

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