Llovía torrencialmente en la Estancia del Cedrón
como adorando el jogón, estaba tuita la gente.
Dijo un viejo de repente: alcancemen un amargo
para suavizar mi pecho, porque voy a entrar del hecho
al sunto, porque está largo;
haré juerza sin embargo pa llegar hasta el final,
y si escucha cada cual con espíritu sereno,
verán cómo un hombre bueno llegó a ser criminal.
Allá por mis años de mozo, y disculpen la distancia,
sucedió aquí en esta estancia un crimen misterioso.
En un alazán precioso llegó cual desconocido mozo,
lindo y bien cumplido, que al hablar con el patrón
quedó en la casa el peón, siendo después muy querido,
al poco tiempo no más el amor le picoteó,
y el mocito se casó, con la hija del capataz;
toito marchaba al compás de la dicha y el amor,
y él pa’ grandeza mayor, mi Dios les mandó con cariño,
un blanco y hermoso niño más bonito que una flor.
Así pasaron los años muy felices en su choza,
ella linda y buena moza; y él fuerte y sin desengaños.
Pero motivos extraños vinieron…
y la traición deshizo el mocetón, el fantasma de los celos
y sus más preciosos anhelos, destrozó su corazón.Un día fingió una ausencia que jamás había pensao.
Dijo que tenía un ganao que llevar pa la tablada,
que sería una buena bolada para ganarse unos pesos,
y así entre risas y besos, se despidió de su amada.Al otro día, a la una e la mañana justamente,
volvió el hombre de repente, convertido en una fiera humana;
de un golpe echó la ventana al suelo hecha mil pedazos,
y avanzando a grandes pasos, lleno de rabia y furor,
vido que su único amor descansaba en otros brazos.
Como un sordo movimiento enseguida se sintió;
luego un cuerpo cayó, y el otro cuerpo en su momento;
ni un gemido ni un lamento salió de su habitación;
y cuando los vido difuntos los enterró a los dos juntos,
donde hoy está el Cedrón.En la estancia se sabía que la ingrata lo engañaba,
pero a él naiden le dijo nada de la desgracia en que vivía;
por eso la polecía no hizo caso mayormente,
pues dijeron: La inocente se jue con su gavilán…,
y ahora juntos están descansando eternamente.-¡Ahijuna!-gritó un paisano-, si es verdad lo que dijo el viejo,
ese era un hombre, conejo! ¡Yo le besaría la mano!…
¡Yo fui, mijo, yo fui, yo fui el que mató a tu madre desgraciada,
porque en una mala jugada con otro hombre la encontré.Venga, tata le perdono por lo mucho que ha sufrido;
pero ahora taita le pido, que no la maldiga más,
que si fue mala y audaz, por mí, perdónela padre
que una madre siempre es madre, ¡Déjela que duerma en paz!
Código: CLTC 533N
Año de recolección: 2018
Departamento: Boyacá
Municipio: Villa de Leyva
Tipo de obra narrativa: Romance
Informante: Nancy Moreno
Edad informante:
Recolector: Adrián Freja
Fuente: Trabajo de campo sin publicar
Título de la publicación:
Año de publicación:
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