Yo tengo otra historia que contar, eso también nos pasó. Yo tenía por ahí unos doce años, y había una pareja de señoras que vivían ahí hacia el lado de El Roble, la una se llamaba Carmen y había un señor que es el dueño aquí arriba de la casa de los… Ah, se me olvidó ahorita, de los caciques, aquí en seguida, no, aquí al frente es que estamos, estaba desorientado, aquí al frente.
Entonces resulta que una señora de esas tuvo por ahí una niña sí y el señor de acá eran compadres, ellos fallecieron y cuando el señor falleció entonces una noche salimos a almorzar unos bueyes con un hermano mío, puallá arriba al pie de un cerro y como a la media noche, era la media noche por ahí cuando pegó el grito el demonio allá en la pura cuchilla encima llamándolo, pegó el grito: ¡Oh, Flaminio!, cuando venía en la mitad del cerro le pegó el otro grito, y cuando bajó frente a la casa le pegó el otro grito, pero unos gritos espantosos, y después de que falleció ese señor entonces alguna noche (yo era celador aquí arriba en el pueblo) y se oía venir el caballo de allá desde el alto de la Villa, del alto de la Villa pa allá había un señor que se llamaba Manuel Castellanos, él venía todas las noches, se venía puai a las diez a llevar los cigarrillos.

Pero esa noche entonces imagínese que yo oí el tropel del caballo y esperé que siempre llegaba allí una esquina de la plaza principal, a una tienda que se llamaba la señora Eniceta, y esperé que llegara el caballo y sí, yo vi el caballo que llegó y pasó por la mitad de la plaza pero no subió a donde él tenía que comprar los cigarrillos, atravesó la plaza y subió aquí por esta calle, subiendo (toy desorientado), fue por esta calle y entró ahí, y sacudió los amarros, común y corriente, pero le explico: ya él había muerto. Pero cuando él murió lo enterraron aquí abajo en el cementerio no le dieron tierra sagrada, habían seis bolsas que era para los que se ahorcaban a para la gente que… Sí se mataba así, entonces a él lo enterraron ahí y se lo sacó con todo y caja, el cajón le sacó, lo despedazó ahí al frente del cementerio. Nosotros estudiábamos en el Roble, una profesora Carmen se llamaba, y nos trajo a misa el domingo y nos llevó a hacernos conocer allá lo sucedido, para que tuviéramos creencia de que sí hay un Dios y también hay un ser malo. Y hasta ahí que se supo pues que…

 

Código: CLTC 521N

Año de recolección: 2018

Departamento: Boyacá

Municipio: Villa de Leyva

Tipo de obra narrativa: Cuento

Informante:  Don Adán Pineda

Edad informante: 73

Recolector: Adrián Freja

Fuente: Trabajo de campo sin publicar

Título de la publicación:

Año de publicación:

 

 

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