Por el rastro de la sangre
que Jesús ha derramado,
camina la Virgen pura
en busca de su hijo amado.
A las tres leguas que anduvo
una mujer ha encontrado:
–Dime, mi buena cristiana,
si a Jesús lo has encontrado.
–Sí, lo he encontrado, señora,
muy rendido y fatigado,
con una cruz en los hombros
de madera muy pesada,
una soga en la garganta
que ellos le van tirando.
–Caminemos, Virgen pura,
caminemos al Calvario,
que tan pronto que lleguemos
ya le habrán crucificado.–
Ya lo coronan de espinas,
ya le remachan los clavos,
ya le pegan la lanzada
en su divino costado.
San Juan y la Magdalena
de la cruz lo han bajado;
la sangre de que él cala
en un cáliz consagrado;
el hombre que la bebiese
será bienaventurado,
será rey en esta vida
y en la otra coronado.
Quien aprenda esta oración
y no la enseñe,
quien la oiga y no la aprenda,
el día del juicio final sabrá
lo que esta oración contiene.
Amén.

 

Código: CLTC 121N

Año de recolección: 1977

Departamento: Santander

Municipio: San Gil

Tipo de obra narrativa: Romance

Informante:  Ana Dolores Durán

Edad informante: 58

Recolector: Frank Dougherty

Fuente: Artículo de revista

Título de la publicación: Romances tradicionales de Santander

Año de publicación: 1977

 

 

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