El guatín (Coelogynis paca sp.) era gente y era muy pícaro. Se ve muy chiquito, pero siempre molesta hasta a la gente grande. Un día el guatín estaba comiendo frutas en el monte. Entonces vino el tigre (jaguar) y dijo: “Ahora sí te voy a matar para comerte”; pero el guatín dijo: “¡Tío tigre, no me mates! No estoy gordo porque tengo muy poca comida”. Entonces preguntó el tigre: “¿Qué estás comiendo?” Entonces el guatín cogió una fruta de corozo y se la puso entre las piernas y le pegó con una piedra. “¿Estoy comiendo mis testículos; quieres probar?” El tigre comió y dijo: “Esto es muy sabroso”. Entonces dijo el guatín: “Tú eres tan grande; los tuyos deben estar mucho más sabrosos. ¿Por qué no vamos a comer uno?” “Está bien”, dijo el tigre. Entonces el guatín cogió los testículos del tigre y les pegó con la piedra. El tigre pegó un grito y saltó y se fue corriendo. Pero el guatín estaba con mucha risa.

El tigre estaba sentado en el monte y lloraba. Entonces vino el oso y preguntó: “¿Por qué estás tan triste?” “El guatín me molesta mucho”, dijo el tigre. Entonces dijo el oso: “¡Vamos a matarlo!” Los dos se fueron para esconderse pero de golpe vino el guatín corriendo y dijo: “Óiganme, allá arriba tengo un venado bien amarrado. Como a ustedes les gusta comer animales grandes se lo regalo el venado. Vamos allá para matarlo”. Los tres se fueron pero el guatín se fue adelante y soltó una piedra grande. La piedra se derrumbó sobre el león (puma) y el tigre y el guatín gritó: “¡Allí va el venado! ¡Cógelo!”. Pero la piedra dejó al león y al tigre casi muertos y el guatín se fue corriendo con mucha risa.
Un día dijo el guatín al tigre y al oso: “Por allí vi un animal grande que es buena comida; es muy manso y no se defiende. Siempre cuando para las orejas quiere decir: me entrego ya”. El tigre dijo: “¿Es la verdad o será una mentira?” “No, es la verdad”, dijo el guatín, ¡vamos para allá!” Así se fueron y vieron el animal grande. Era un burro. Cuando vio a los tres, paró las orejas. “¡Ve!”, gritó el guatín, “Ya quiere entregarse. ¡Mátenlo!”. Entonces el tigre y el león se fueron a coger el burro pero éste los aporreó, les pegó y mordió y los dejó casi muertos.
Un día los otros hicieron una roza (cultivo) en el monte y sembraron maíz. Pero el oso comía mucho y así casi se acababa la cosecha. Entonces dijo el guatín: “El oso come demasiado porque tiene mucha barriga. Hay que castigarlo”. Entonces dijo al oso: “¿Tío oso, quieres que te enseñe a ensillar una bestia?” “Está bien”, dijo el oso, “¡enséñeme!”. Entonces el guatín le puso riendas de bejuco y se montó en su espalda. Pegó al oso duro y le daba espuelas y lo dejó muerto de cansancio y garrotazos. Cuando el tigre se enteró de eso se fue a defender al oso, pero el guatín le había puesto una trampa en el camino. Así, cuando el tigre venía, se soltó la trampa y le lanzó una flecha que le dolía mucho. Entonces dijeron los otros: “¡Hay que matar al guatín!”. Prepararon una fiesta y dijeron: “Vamos a invitarlo al guatín y cuando esté bien borracho será fácil matarlo”. Invitaron al guatín que vino con su tambor. Por la noche tomaron chicha y el guatín tocaba el tambor y cantaba: pakuru-de usi-má (“con un palo me pegaron”). Cuando estaba cantando así el tigre dijo al oso: “¡Ahora sí; cojámoslo!” Los dos se lanzaron sobre el guatín y también todos los otros animales. Así era como un montón y el guatín estaba por debajo. Entonces gritó el tigre: “¡Ya lo tengo cogido!” “Ja, ja”, dijo el guatín, que el tigre tenía cogido en la pierna: “¡Sólo tienes un pelo mío cogido!”. Así el tigre le soltó la pierna y el guatín se fue corriendo.

Los otros fueron a buscarlo pero el guatín se había escondido en una cueva. El tigre y el oso dijeron: “¡Vamos a la casa a traer nuestras hachas para cavarlo! La ardita (ardilla) puede entrar en la cueva y ayudar a sacarlo”. Entonces la ardita se entró en la cueva, pero como tenía mucho miedo, dejó los ojos cerrados. Entonces dijo el guatín: “¡Abre los ojos! ¡Así no puedes verme!”. Entonces la ardita abrió los ojos y el guatín le echó tierra en los ojos. La ardita salió y se limpiaba la cara cuando vino el zorro con su hacha. “¿A dónde está el guatín?”, preguntó el zorro. “Debe estar aquí adentro”, dijo la ardita; “Yo no puedo entrar porque se me cayó un poco de mugre en un ojo”. Entonces el zorro pegó un hachazo como para abrir la cueva, pero pegó a la ardita en la cola. La ardita lloró mucho y gritó y cuando los otros corrieron a ayudarla, el guatín se salió de la cueva y se fue.

Entonces dijeron los otros: “Vamos a matarlo en el río, a donde todos van a coger agua”. Así se escondieron en el monte cerca a la orilla. Pero el guatín los había observado. Se fue adonde un gran colmenar y se revolcó en la miel y después se fue a un lugar donde había muchas hojas y se revolcó. Así parecía un animal grande. Entonces se fue para el río gritando: “¡Apártense! ¡Aquí viene el animal más grande del mundo!”. El oso y el tigre se asustaron y dijeron: “¿Quién conoce este animal? ¡Mejor nos vamos de aquí!”. Entonces el guatín se fue al río y tomó agua y después se fue a una altura y desde allá grito: “Fui yo, el guatín. ¡A mí no me pueden matar!”. Por fin dijeron los otros: “No podemos matarlo. Él sabe más que nosotros. Será mejor hacer la paz con él”.

 

Código: CLTC 352N

Año de recolección: 1945

Departamento: Valle del Cauca

Municipio: Riofrío

Tipo de obra narrativa: Cuento

Informante:  Grupo de indígenas Chamí, vereda Corozal, Riofrío

Edad informante:

Recolector: Gerardo Reichel-Dolmatoff

Fuente: Artículo de revista

Título de la publicación: Algunos mitos de los indios Chamí

Año de publicación: 1953

 

 

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