Se había aposentao en el reino un anancio, conocido por lo astuto, y cuando lo querían coger desaparecía. Hasta que el rey sacó un decreto diciendo que todo el pueblo tenía que ir a buscar al anancio porque había que matarlo por el daño que hacía en la ropa. En el trono, en todas partes. Dijo el rey: muera el anancio. Antual (al poco tiempo) el pueblo salió a buscarlo; anancio tejió, y tejió su tela, y se subió a la copa más alta de un árbol, y la gente lo buscaba en el palacio. De pronto oyeron un canto desde allá:

¡Si matan a anancio, no lloverá, sol no habrá, tierra arderá y mundo acabará!
Ay, ¿qué es lo que cantan?
¡Si matan a anancio, no lloverá, sol no habrá, tierra arderá y mundo acabará!

Su sacareal majestad, oiga lo que están cantando, desde el cielo están cantando. ¿Cómo?, dice el rey. Oiga, oiga:
¡Si matan a anancio, no lloverá, sol no habrá, tierra arderá y mundo acabará!

¡Ay, dijo el rey, no, no podemos matarlo, suspendan la búsqueda inmediatamente. Hay que hacerle al anancio una casa aquí en el reino, hay que hacerle aquí! Lo tenían pues al anancio como el niño mimado, porque ya, desde el cielo mismo habían cantado pa’ protegerlo.

 

Código: CLTC 572N

Año de recolección: 2010

Departamento: Cauca

Municipio: Guapi

Tipo de obra narrativa: Cuento

Informante:  Maura Orejuela de Caldas

Edad informante: 65

Recolector: Baudilio Revelo Hurtado, Camilo Revelo González y Carolina Revelo González

Fuente: Libro

Título de la publicación: Cuentos para dormir a Isabela. Tradición oral afropacífica colombiana

Año de publicación: 2010

 

 

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