Había otro señor como muchos que ya hemos conocido que también que traían la sal de Zipaquirá y la llevaban para Tunja o para otros municipios, la llevaban cargada así como contaba el primo Evangelista, con la olla en las costillas, entonces la llevaban cargada y hubo una vez que llevaban una yunta de bueyes y pues claro llevaban cualquier cantidad de sal, y resulta que se encontraron en un fondo de barro, donde no podían cruzar los animales, se enterraban entre el barro y entonces el muchacho ezque dijo: “Bueno, aquí me va a ayudar Dios o el diablo”, inmediatamente el diablo apareció, un señor alto eso sí, “¿a qué te ayudo, a qué te ayudo?”. El otro pues fuerte el hombre lo agarró con el zurriago, con el fuete que llevaba, porque ellos siempre llevaban un bordón, y con unos dos metros de rejo y dizque lo sacó a puro rejo, lo sacó corriendo, “no yo no necesito al diablo, necesito es a Dios”, y al decir “yo necesito a Dios” a mí me salieron los bueyes de entre el barro. Bueno había muchas historias, muchas anécdotas sobre la riqueza.
Código: CLTC 478N
Año de recolección: 2018
Departamento: Boyacá
Municipio: Ventaquemada
Tipo de obra narrativa: Leyenda
Informante: Rosalía Porras de García
Edad informante: 80
Recolector: Adrián Freja
Fuente: Trabajo de campo sin publicar
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