Un rey tenía tres hijas
más bonitas que la plata.
De las tres la más chiquita
Delgadina se llamaba.
Un día estando comiendo,
dijo al rey que la miraba:
–Padre mío, no me mires,
porque estoy enamorada.
–Pronto, pronto, pues, mis criados,
Delgadina es encerrada
y en una torre muy alta
y es privada de comer.
Y si pide de beber,
llévenle agua de retama,
y si pide de comer,
denle la carne salada.–
Mañana, al otro día
asomóse a la ventana
y miró a sus hermanas,
tomándose un jarro de agua.
–Hermanitas, si sois las mías,
dadme un poquito de agua;
el corazón lo tengo seco
y a mi Dios le entrego el alma.
–Pronto, pronto, pues, mis criados,
llévenle agua a Delgadina,
unos en jarros de oro
y otros en jarros de plata.–
Encontraron la Magdalena a los pies,
cosiéndole la mortaja,
y la aguja era de oro
y el dedal era de plata.

 

Código: CLTC 75N

Año de recolección: 1961

Departamento: Caldas

Municipio: Pensilvania

Tipo de obra narrativa: Romance

Informante:  Madre María Abigaíl

Edad informante:

Recolector: Gisela Beutler

Fuente: Libro

Título de la publicación: Estudios sobre el romancero español en Colombia en su tradición escrita y oral desde la época de la Conquista hasta la actualidad

Año de publicación: 1977

 

 

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