Una vez tuve la oportunidad
de conversar con la muerte
cara a cara y me dijo:
¿qué mal le he hecho yo?,
pa que con alma y corazón la odiara.
Le contesté: le parece poco
te has llevado a mis seres más queridos,
a niños empezando a vivir,
has dejado a hombres y mujeres
y también a mujeres sin parir
en la parte donde hay una guerra
llegas sembrando terror, desolación
y lo único que queda del mortal
son sus recuerdos, una cruz y un panteón.
La muerte me miraba con ojos de tristeza
escuchando lo que yo le decía
eran sus ojos negros como la noche,
su rostro pálido y radiante
igual que la luz de un nuevo día
de oír eso que yo le hablaba
y no me contestaba,
de seguir reclamando y criticando.
Y me di cuenta que de sus ojos negros salían lágrimas
pues estaba llorando,
le dije ¿por qué lloras, muerte ingrata?
¿Es que usted también siente dolor?
¿O sabes algo de lo que es un martirio?
¿O tú qué sabes del placer o el amor?
Me quedó mirando a la cara fijamente
y con su voz melancólica ahogada
comenzó a contestar:
pobre de ti, qué ignorante eres,
calla y escucha, admirable mortal…
Yo soy la cura de todos los males
no habrá remedio que no pueda ganar
y con la vida que es mi hermana gemela
ella la trae y yo los vengo a llevar;
imagínese si nadie se muriera
cómo sería el mundo y su generación
ya viejos y podridos sin servir para nada.
¡Cuánta tristeza, llanto y desolación!
Algunos mueren para que otros vivan
hay que comer pa alimentar el cuerpo
nada más piense si al comerse un pescado
que él no muriera, ¿qué sentiría, amigo
no sea bruto, cuando estuviera adentro de su cuerpo?
Código: CLTC 461N
Año de recolección: 2018
Departamento: Boyacá
Municipio: Turmequé
Tipo de obra narrativa: Romance
Informante: José Mesías Cortés
Edad informante: 50
Recolector: Adrián Freja
Fuente: Trabajo de campo sin publicar
Título de la publicación:
Año de publicación:
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