Eran unos esposos, tuvieron dos hijos y no tenían recursos pa’ vivir. Le dijo el marido a la mujé: Catalina, yo me voy a ir pa’ España, porque allá me va mejor. Bueno marido, lo que tú hagas, yo me quedo al cuido de los muchachos y hago todo lo posible. Se despidieron y él se jue. A los veintiocho, veintinueve, treinta años espere, espere, espere; el hijo varón lo regaló y la mujercita se la dio a un convento. A los treinta años cumplidos, como una sorpresa, llega Genovés, haciéndose pasar por mensajero, cantando:

Catalina, lina, lina, blanca flor de Genovés, blanca flor de Genovés, para España yo me voy y mandá lo que querés y mandá lo que querés.

Le contestaba ella:
El hijo varón que tuve, al rey se lo regalé, al rey se lo regalé, la hija mujé que tengo y al convento la echaré, al convento la echaré.

No conojco a tu marido, ni tampoco sé quien es, ni tampoco sé quién es el cuerpo y le habla muy cortés, y le habla muy cortés, el caballito que carga pecho de palomo es, pecho de palomo es.

Dice ella:
Salude a mi marido, salude si me lo ve, salude si me lo ve, treinta años lo eché esperando y treinta lo esperaré, y treinta le esperaré, si a los treinta años no viene tengo yo que irlo a ve, tengo yo que irlo a ve.

Le contesta el dueño del mensaje:
Por la seña que me dan, tu marido muerto e, tu marido muerto e, en un juego de billar, mataron a Genovés, mataron a Genovés.

Genovés se hace pasar como amigo, que le envía ese mensaje a ella y es el mismo Genovés. Ella se pone llore, llore, llore, porque lo han matado, él mismo le va a cantar:
No llores por tu marido, que presente lo tenés, que presente lo tenés.

¿Que presente está mi marido? ¿Y ese no es el que me está cantando? Y ahí mismo abraza a su marido, y esa gente no sabía qué hacían. Ahí mismo el hijo que había regalado con papel y todo, jue a traer su hijo y a la del convento, y ya ahora sí. Genovés respondió por su mujé y sus hijos y quedaron viviendo hasta el día de hoy. A esa gente no les falta nada, viven cómodamente, porque su mujé se volvió un baúl como que hubiera quedado lleno de ropa y él se hubiera llevado la llave, porque treinta años esperando a un hombre y la mujé sin seguir ningún camino, solamente lo que hizo jue entregar los hijos y volvió Genovés a abrir su puerta porque estaba cerrada, hasta el día de hoy están viviendo muy bonito.

 

Código: CLTC 566N

Año de recolección: 2010

Departamento: Cauca

Municipio: Guapi

Tipo de obra narrativa: Cuento

Informante:  Rito Erasmo Cuero y Pedro Caicedo

Edad informante: 70

Recolector: Baudilio Revelo Hurtado, Camilo Revelo González y Carolina Revelo González

Fuente: Libro

Título de la publicación: Cuentos para dormir a Isabela. Tradición oral afropacífica colombiana

Año de publicación: 2010

 

 

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