Estaba la blanca Juana
arrimada a la candela
con sus dos hijas preciosas,
Blancaflor y Filomena.
A eso pasó un pastor,
por señitas ella le habló:
se casa con Blancaflor
y muere por Filomena.
Estando recién casado
se fue el pastor pa su tierra,
a los dos años cabales
volvió a casa de su suegra.
–Buenas tardes tenga, suegra.
–Buenas tardes tenga, yerno,
¿Cómo queda Blancaflor?
–De parto queda, señora,
y le manda suplicar
que le mande a Filomena.
–A Filomena no mando
porque está niña y doncella.
–Mándela no más, señora,
la llevo con mucho cuidado;
la llevo como cuñada
y también como dueño de ella.
–Dentre, Filomena, al cuarto,
vístase de seda negra,
que le manda suplicar
su hermanita blanca y bella.-
En la mitad del camino
hizo el pastor uso de ella
y para que no contara
la lengua se la cortó.
A eso pasó un pastor,
por señitas ella le habló:
–Llévemele allá esta carta
a mi hermana Blancaflor.-
Blancaflor cogió la carta,
de ese susto malparió.
–Apresen a mi marido
por pícaro y por traidor.
Ya no me llamen la blanca
ni tampoco Blancaflor.–
Código: CLTC 164N
Año de recolección: 1976
Departamento: Chocó
Municipio: Bahía Solano
Tipo de obra narrativa: Romance
Informante: Juana Riva
Edad informante:
Recolector: Germán de Granda
Fuente: Artículo de revista
Título de la publicación: Romances de tradición oral conservados entre los negros del occidente de Colombia
Año de publicación: 1976
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