Esta era una señora que tenía un niño llamado Antonio. Cuando andaba el niño por aquí, por más acá, se iba a los parques, porque no le gustaba la escuela. Le dice él un día a la mamá: mi nombre es Antuquito sabe más que el rey. El rey oyó y dijo: pero ese niño tan pequeño llamarse Antuquito sabe más que el rey. Sí, le dijieron los compañeros, él dice que se llama Antuquito sabe más que el rey. Vayan a traérmelo. Jueron y lo llevaron.
El rey le pregunta: mijo, ¿usted cómo se llama? Yo me llamo Antuquito sabe más que el rey y solamente Jesucristo me devora mi nombre que me he puesto, yo me lo puse. ¿Cómo dice que se llama? Antuquito sabe más que el rey. Se va a ir a la ciurá donde está un encanto a traerme una niña que está encantada. Voy y se la traigo, le contestó el muchacho, un peladito de doce años. Le dijo la mamá: ¿Antonio, qué es lo que vas a hacer? Estoy metido en la grande, en la grande, uuuuh y adiós. Llegó donde estaba la vieja que tenía a la niña encantada. Buena vieja, me da un permiso que vengo aquí a su casa. ¿A qué viene usted estatura del demonio? Estatura del demonio no, yo me llamo Antuquito sabe más que el rey. ¡Aaaaah! Vengo a traerme esta niña que usted tiene aquí, encantada. ¿Cuál es esa? ¿Esa que tengo aquí en mi casa? ¡Esa niña que tiene aquí, se la voy a llevar al rey! La cogió y salió, la vieja dijo: ¡pero qué muchacho tan atrevido! Atrevido no, esta es una ley que me ha mandado el rey que la venga a cumplir.
Le tocaba al muchacho pasar por el mar en un barco cuando la muchacha y saca un anillo que lleva y rua, lo tiró al fondo del mar. Llegó Antuquito donde el rey y le dijo: aquí está la muchacha. Dice el rey: ¿y el anillo? El anillo quedó en el mar, le contestó la muchacha. Le dijo el rey: Antuquito, como vos sabés más que el rey tenés que traerme el anillo porque quedó en el plan del mar. Lo de menos es eso, tenía un caballito, cogió su caballito y vamonos pi, pi, pi, se jue.
Cuando llegó al barco le dijo el caballito: Antuquito, me va a picar tronchita por tronchita, carnadita por carnadita y me va botando al agua, a él le daba miedo picar el caballo. Caballo no, píqueme, pen, pen, pen, pen, lo jue tronchando y en cada troncha lo jue tirando y cuando botó el último pedacito salió el caballo con el anillo, y lo llevó. Rey aquí está el anillo. Le dice él: vos como sos Antuquito sabe más que el rey, te voy a mandar cortar leña por un mes pa’ hacer una hoguera pa’ quemarte. Mándela a hacer que yo me meto al horno con mi caballo, sin el caballo, con mi caballo.
El rey echó un mes mandando a cortar leña, hicieron una hornilla, y cuando estuvo prendida dijo el rey: Antuquito, como usted sabe más que el rey, tiene que meterse y salir vivo. ¡Uuuuuh, mi rey! Lo de menos es eso. El caballito lo impulsó, pi, pi, pi. Salió Antuquito y el caballo brillando en oro. Cuando el rey vio que Antuquito salió en esas condiciones. Dice pues Antuquito: mi rey, si más leña le hubiera metido a la hornilla, más oro había sacado. El rey entusiasmado mandó cortar dos meses leña, a hacer su hornilla, buscó su caballo, prendió esa hornilla y montó a su caballo y a lo que se metió era todo un lamento por aquí, un lamento por acá.
Antuquito fue al mismo palacio del rey, a la mujé del rey la puso de sirvienta y de cocinera, y las hijas, de pajonas (pajes). Le dijo el ángel de la guarda, porque el caballo era un ángel de la guarda: usted, se casó con la príncipa, la hija última del rey y por aquí por donde yo me voy se van ustedes, gocen su matrimonio y todo lo que tienen pues usted, como era un muchacho humilde, va a gozar, goce su fortuna. Acabando, acabando se acabó mi cuento.
Código: CLTC 568N
Año de recolección: 2010
Departamento: Cauca
Municipio: Guapi
Tipo de obra narrativa: Cuento
Informante: María Caicedo
Edad informante: 67
Recolector: Baudilio Revelo Hurtado, Camilo Revelo González y Carolina Revelo González
Fuente: Libro
Título de la publicación: Cuentos para dormir a Isabela. Tradición oral afropacífica colombiana
Año de publicación: 2010
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